Reformas demasiado personalizadas: el error más habitual
Es normal querer dejar tu toque personal en una vivienda, pero si tu intención es vender en el corto o medio plazo, lo mejor es no pasarse. Cocinas con colores estridentes, distribuciones poco comunes o elementos demasiado “de autor” pueden echar para atrás a quienes buscan algo más estándar o funcional.
En estos casos, apostar por una estética neutra y materiales atemporales suele ser más efectivo. Un suelo de madera clara, una cocina blanca y baños sencillos funcionan en casi cualquier piso y gustan a la mayoría. Si te apetece arriesgar, hazlo con elementos decorativos que puedas cambiar fácilmente.
Ignorar la eficiencia energética ya no es una opción
Cada vez más compradores en España se fijan en el certificado energético. No solo por conciencia ecológica, sino porque saben que una casa bien aislada y con sistemas eficientes supone un ahorro a largo plazo.
Cambiar las ventanas, mejorar el aislamiento o instalar aerotermia puede parecer una inversión grande, pero también puede convertirse en un argumento de venta muy potente. A medio plazo, compensa.
Cuando abrir espacios no es buena idea
La tendencia de unir cocina y salón sigue estando de moda, pero no siempre es la mejor solución. En algunos casos, eliminar tabiques sin un análisis previo puede afectar a la funcionalidad de la vivienda o incluso a su estructura.
Además, en edificios antiguos, tirar un muro sin tener claro si es de carga puede ser un desastre. Siempre es recomendable contar con un arquitecto o técnico que evalúe lo que se puede y no se puede hacer. Y si necesitas permisos, mejor tramitarlos antes de que te llegue una multa.
Reformas que no cuadran con el barrio
Otro fallo habitual es invertir demasiado en una vivienda que, por ubicación, difícilmente podrá recuperar esa inversión. No tiene sentido poner mármol en los baños o electrodomésticos de alta gama en una zona donde el precio por metro cuadrado es bajo. El mercado no lo va a pagar.
Aquí el truco está en observar qué tipo de calidades se mueven en tu zona. Si haces una reforma que se alinea con el entorno, probablemente atraerás más interés y conseguirás una venta más rápida.
Luz, distribución y sentido común
Hay tres cosas que cualquier comprador aprecia: luz natural, espacios bien distribuidos y lógica. Reformar sin tener en cuenta la orientación de la vivienda, usar colores oscuros o tapar las ventanas con muebles pesados puede restar muchos puntos.
Lo mismo ocurre con los espacios. Si transformas un dormitorio en vestidor o eliminas un baño por ampliar la cocina, puede que estés quitando justo lo que más valoraba un comprador. Antes de decidir cambios drásticos, conviene pensar en cómo vive la mayoría y qué buscan cuando visitan una casa.
Y sobre todo… no te lances sin un plan
Quizá lo más importante de todo: tener claro desde el principio cuánto te vas a gastar, qué objetivo tienes y cuánto esperas recuperar. Muchas reformas se complican porque se empiezan sin una hoja de ruta ni un presupuesto bien definido.
Reformar una vivienda no solo es una oportunidad para mejorarla, también puede convertirse en una forma inteligente de invertir y generar valor. Si estás pensando en reformar tu propiedad aquí te dejamos Emprender con Propósito: Cómo Invertir en Viviendas para Reformar y Alquilar
Si estás valorando renovar tu piso para vender o alquilar, en HogarAbitat te ayudamos a tomar las decisiones que realmente suman. Cuenta con nuestro equipo para transformar tu casa en una oportunidad. ¡Hablemos!